Siempre que hablamos de exportaciones de aceite de oliva y de apostar por el exterior se nos viene a la cabeza las grandes oportunidades que presenta el mercado de Estados Unidos. Sin duda que lo es, y las cifras de negocio lo dicen todo: más de 305.979 toneladas importadas por operadores del aceite de oliva y más de 1.419.650 dólares de facturación en 2017 y las cifras no paran de aumentar.

Pero más allá de EE.UU hay otros mercados que, aunque hasta la fecha tienen una presencia menor, ya despuntan por su potencial de futuro. Hablamos de China, donde España domina las ventas, con una cuota del 80% sobre el total de aceite de oliva importado por ese país con 31.262 toneladas. Un mercado que ha crecido con una fuerza tremenda y que se ha consolidado como nuestro segundo cliente fuera de la Unión Europea, tan sólo superado por Estados Unidos. De hecho, los aceites de oliva, con 140 millones de euros en 2017, suponen más del 11% de nuestras exportaciones de alimentos a ese país en valor.

Estas cifras hacen que el aceite de oliva ocupara en 2017 el tercer lugar en las exportaciones alimentarias españolas a China, detrás de la carne de porcino y del vino. Según los datos de las Aduanas chinas, en 2017 se despacharon partidas de aceite de oliva y aceite de orujo de oliva español por un valor de 146,5 millones de euros, lo que supone un aumento del 5% en valor respecto al año precedente.

Según los últimos datos de las Aduanas de China, las ventas de aceites de oliva de España en el primer trimestre de 2018 crecieron un espectacular 30,91%, hasta rozar las 5.500 toneladas, muy por encima de las importaciones globales chinas que se incrementaron en un 18,26%.

Pero entrar en el mercado chino no es una tarea fácil. La primera cuestión básica a tener en cuenta es comprender que los consumidores chinos no necesitan nada, y nosotros estamos siempre pensando en término de sus necesidades. Han vivido 4.000 años sin aceite de oliva y pueden vivir otros cuatro mil sin problemas. En conclusión, China no necesita nada pero si quiere cosas y para ello hay que saber vender. Y para ello tenemos que hacer una gran apuesta informativa sobre las calidades y bondades de nuestro “oro líquido”, comprender sus gustos y ofrecer al consumidor lo que busca por placer y salud.

Nieves Ortega - Directora de Olimerca