A la hora de la comercialización del aceite son varias las preguntas que cualquier empresa del sector se plantea la hora de salir al mercado: a quién vendo el producto y cómo lo vendo. En las respuestas es fundamental tener claro el perfil del hogar donde queremos llegar.

Y es que en los últimos tiempos nos encontramos claramente con una tendencia hacia una polarización cada vez mayor entre hogares jóvenes y seniors. Muchos de ellos son además unipersonales, que son ya 4,5 millones en España (y creciendo) y responsables del 16,4% del total del gasto en gran consumo.

La manera de abordar cómo consumen es totalmente diferente y el mercado tiene que hacer frente al desafío de los envases, pues si los hogares jóvenes prefieren formatos pequeños, estamos viendo por el contrario como los seniors optan por envases mucho mayores, incluso de cinco litros.

Así podemos afirmar que las empresas aceiteras son más “aceitennials” que nunca. “Dime de qué generación eres y te diré que aceite necesitas”.

Esta es una de las dos grandes tendencias que estamos observando en el mercado de aceites. La segunda está relacionada con el boom del BIO, con cada vez más penetración en los puntos de venta, creándose un nicho de mercado que tiene más impacto en los consumidores jóvenes. De nuevo, el factor generacional entra en liza.

En la actualidad, y por tener una fotografía general del BIO en el conjunto del gran consumo, aún es un mercado pequeño, pero viene creciendo en torno al 30% desde hace dos años. De hecho, en el último año (con respecto a junio de 2018) ha ganado 0,3 puntos de cuota sobre la venta total de productos de gran consumo, pasando del 0,5% al 0,8%.

Esto da pie a una línea de innovación a explotar por parte de la industria. No se trata aquí de convertir el lanzamiento en un producto súper estrella (que venda al menos 10 millones de euros el primer año y mantenga el 90% de las ventas en el segundo), sino que también puede ser exitoso una novedad para un target determinado y, si adecuamos la activación del lanzamiento al perfil correspondiente, podremos optimizar sin duda la inversión efectuada.

Sin embargo, “la batalla” está en los formatos y en los nichos de mercado. Y aquí, el perfil de hogar por edad cuenta, y mucho.

Dos tendencias por tanto a seguir y que dirigirán los destinos de un mercado en el que el precio sigue en caída, lo que unido a la contención de la demanda (también estructural por tener la población estancada), da como resultado una caída del gasto del 15% en el año cerrado a semana 32.

La mencionada bajada de precios se da en el aceite de oliva, propiciando que el litro en variedades como el oliva suave o intenso cueste prácticamente un euro menos que hace un año, pasando a estar en el entorno de los 3 euros.
Por su parte, la variedad de semillas (girasol principalmente) se mantiene en precio, pero al abaratarse el litro de oliva, el consumidor ha vuelto a hacer el famoso trasvase varietal. Ya sabemos que cuando el diferencial de precio se estrecha, el oliva sale ganando; y cuando se amplía, nos pasamos al girasol.