El sector oleícola en nuestro país se enfrenta a grandes retos en el medio y largo plazo, debido a la falta de una correcta planificación estratégica del sector donde prima el día a día con una visión cortoplacista.

Tras dos campañas con producciones altas y una constante devaluación de precios en el aceite de oliva, a principios agosto nos encontramos en una incertidumbre, no solo para la campaña actual, sino por la próxima que comienza en poco más de 2 meses.

Desde todas las partes del sector estamos esperando a ver qué ocurrirá con el almacenamiento. Y es que es una realidad que si se llevara a cabo posiblemente tendríamos una estabilidad para la campaña 19/20. Pero como siempre, nos pilla el toro. Tendríamos que haber hecho los deberes en los últimos años, para haber conseguido mejorar los niveles de precios para la activación el almacenamiento privado que están fijados en 1.779 aceite de oliva virgen extra, 1.710 aceite virgen y 1.524 el lampante; pero sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.

Si tenemos en cuenta que estos precios se publicaron en el Diario oficial de la Unión Europea 09/06/2004, solo con la actualización del I.P.C. estaríamos hablando en la actualidad de 2.32 €/kg para el aceite de oliva virgen extra, de 2.23€/kg para el aceite de oliva virgen y de 1.98 €/kg para el aceite de oliva lampante; sin olvidar otros factores, como por ejemplo, el precio del combustible agrícola, que se situaba a 0.42 €/litro en el año de fijación de precios de intervención y hoy a 0.89 €/litro, al igual que ocurre con los salarios, que partíamos de unos 460€/mes y hoy situados en torno a 1.050€/mes. En resumen, una situación que lleva a unos costes de producción entre 2,4 y 2,60 según las zonas y tipo de mecanización del olivar.

Por lo tanto para garantizar una rentabilidad mínima deberían ajustarse anualmente, evitando así una fijación de precios de más de 15 años como ocurre actualmente.

En el mes de mayo y junio hemos asistido por parte de los productores a dos huelgas, celebradas en Jaén y Sevilla, sin que el efecto haya sido todo lo satisfactorio que se deseaba por parte de los agricultores, con todo mis respetos a las decisiones que se tomen en este sentido. Quizás estas huelgas tendríamos que llevarlas a cabo en las bodegas de las almazaras y cooperativas por parte de los agricultores, como dueños del aceite, para no permitir la salida del aceite de las bodegas, si el precio no es el adecuado,  ya que el coste de producción como hemos mencionado antes giran en torno a 2.40-2.60€/kg

El verano está siendo muy poco benevolente en cuanto a condiciones climáticas en las principales zonas productoras, la estimación acerca de la producción para la próxima campaña, parece ser que será de media a baja, aunque habrá que esperar a los datos oficiales para corroborar la próxima cosecha y el almacenamiento podría estabilizar la oferta de aceite de oliva.