Olimerca.- Ayer se presentó en Madrid un nuevo AOVE que se podría considerar único porque procede de la variedad de oliva Verdeña, autóctona en Huesca.

Bajo la marca Alía, su promotor, el jacetano Miguel Fernández-Sanguino ha conseguido, tras tres años de trabajo, un producto gourmet que, además de por su limitada producción - únicamente 800 botellas-, destaca por la calidad en su proceso de elaboración, desde el campo hasta su proceso de molturación y envasado.

Para Miguel Fernández, este proyecto es un reto ilusionante que nace de la tradición familiar olivarera de su pareja, que contaban con olivos centenarios de la variedad Verdeña. Tras tres años de estudios y de trabajo buscando los mejores olivares de esta variedad en la comarca de Somontano hoy es una realidad el nuevo Alía, que hace referencia a una variedad autóctona de olivos de Somontano de Barbastro (Huesca) en peligro de extinción. Por tanto, se trata de un homenaje a las variedades de la zona que son desconocidas y totalmente olvidadas.

Alía es un aceite suave y afrutado, con gran estabilidad, perfecto para tomar en crudo acompañando a tostadas, pescados, mariscos, verduras o ensaladas.

Pero Alía no solo se caracteriza por el interior sino también por la presentación del producto exterior. Sus botellas se comercializan en formatos de medio litro y sus  etiquetas, además de las especificaciones propias del aceite, se puede encontrar un poema de Francisco Ferrer Lerín, cuyo contenido ha inspirado el logotipo y diseño actual de la botella.