Olimerca.- Un año más, la Feria del Olivo de Montoro, que se celebra del 7 al 9 de mayo, acogerá la celebración de sus tradicionales Jornadas Técnicas dedicadas a la “Olivicultura y Elaiotecnia 4.0”, organizadas por el Ayuntamiento de Montoro y la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) en colaboración con la Universidad de Córdoba, el Consejo Oleícola Internacional, el patrocinio de Caja Rural Jaén y la financiación de la Junta de Andalucía. 

En estas jornadas, que se desarrollan los días 8 y 9 de mayo en horario de 9:00 a 14:00 horas, podrán conocerse aplicaciones digitales que utilizan los agricultores en diversas fases del cultivo del olivar: poda, riego, manejo del suelo, fitosanitarios y abonado. También se expondrán las últimas investigaciones relacionadas con las plantaciones del futuro, y aquellas variedades que ofrecen una densidad óptima. Igualmente, en la jornada del miércoles 8 de mayo se presentarán los modelos de predicción de cosecha y de establecimiento del precio del aceite de oliva en los equilibrios del mercado.

Programa
El programa del jueves 9 de mayo aborda cuestiones relacionadas con la transformación de la aceituna: la recepción, clasificación y procesado inteligentes y el uso de las nuevas tecnologías en la comunicación y comercialización del aceite de oliva. En una de las primeras ponencias se hablará de los denominados “patios inteligentes”, para la automatización y clasificación en la recepción de la aceituna; además, se presentarán sistemas de optimización de la extractabilidad y la calidad en el proceso de molturación.

En estas jornadas se expondrán las últimas investigaciones relacionadas con las plantaciones del futuro, y aquellas variedades que ofrecen una densidad óptima

Como reflexión final de la cita, una mesa redonda analizará la “asombrosa reacción del consumidor en las campañas de 2023 y 2024”. Según explica el director de AEMO, José María Penco, el consumidor ha demostrado su “absoluta fidelidad al AOVE manteniendo los niveles de demanda muy por encima de lo previsto, a pesar de la notable subida de los precios”. 

En 2023 se dio “la tormenta perfecta”: la campaña anterior había sido corta en producción, el aceite había salido de las almazaras a mejor ritmo de lo esperado y las expectativas de la campaña 2024 eran “alarmantemente bajas”. 

En resumen: era necesario recortar drásticamente la demanda para que los lineales no se quedaran sin aceite. Para reducir la demanda, la solución pasaba por el aumento de los precios. Cuando se preveía que la consecuencia de todo ello es que una parte de los consumidores dejarían de comprar aceite de oliva, ante precios tan elevados, la sorpresa fue que el consumidor se mantuvo fiel resistiéndose a dejar de consumir aceites de oliva. 

A juicio de AEMO esa fidelidad es una “lección histórica del consumidor” que demuestra que valora el producto “más de lo que pensábamos” y que aquellos que desgraciadamente se han tenido que retirar por el elevado precio “volverá al AOVE cuando se estabilice el mercado”.