Agricultora en el campo

Olimerca.- A medida que se acerca la perspectiva de concluir las negociaciones sobre el acuerdo comercial UE-Mercosur en la reunión del G20 en Río de Janeiro, ha surgido en Bruselas una propuesta para crear un “fondo de compensación” destinado a tranquilizar a los agricultores europeos. 

Desde el COPA-Cogeca, se considera que para la agricultura europea esto parece más una falsa solución rápida que una solución real. No aborda las preocupaciones principales, en particular las relativas al impacto en los sectores sensibles y la falta de reciprocidad en las normas de producción en los términos actuales del acuerdo

La perspectiva de un acuerdo comercial UE-Mercosur es fuertemente rechazada por los sectores agroalimentarios europeos, que lo denuncian como obsoleto e incoherente. Este acuerdo facilitaría la importación de productos agroalimentarios en el mercado europeo que están lejos de las normas impuestas a los productores e industriales europeos (uso de PPP, bienestar animal, leyes laborales...), lo que daría lugar a una competencia desleal e intolerable para nuestros sectores. 

La CE debería tomar en serio las conclusiones sobre el comercio agroalimentario planteadas en el informe sobre el Diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE

En respuesta a estas críticas, parece que la Comisión propondrá ahora la creación de un “fondo de compensación” para los agricultores de la UE. Un “cheque de compensación” que no resuelve los problemas de este acuerdo comercial, como lo plantean los sectores y una gran parte de la opinión pública europea, incluidos los representantes de los consumidores, los sindicatos y las organizaciones medioambientales, sobre la necesidad de una reciprocidad real en lo que respecta a las normas de producción y los riesgos de estimular la degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad en los países afectados.

En este contexto, desde el COPA-Cogeca se considera que la CE debería tomar en serio las conclusiones sobre el comercio agroalimentario planteadas por el informe sobre el Diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE, que subraya la necesidad de que la Comisión “realice una revisión exhaustiva de sus estrategias de negociación”, así como la necesidad de un mayor nivel de reciprocidad. Cualquier otro enfoque pondría en peligro estos sectores, ya debilitados por un contexto climático y económico difícil, y correría el riesgo de exacerbar las tensiones expresadas por el sector agrícola europeo a principios de 2024.