Olimerca.- Tras varias semanas, desde el mes de noviembre, con estrepitosas caídas en el precio del aceite de oliva en origen, que no tanto en el lineal, y ante una situación que parece que se nos ha ido de las manos al conjunto de los operadores, en los últimos días nos hemos encontrado opiniones, comentarios e informaciones diversas buscando causas y efectos en el comportamiento de los precios.

Siempre es lo mismo, cuando algún problema o situación se nos convierte en incontrolable y además cada día que pasa hace más daño al conjunto de los operadores, se intenta buscar culpables o enemigos a nuestro alrededor intentando justificar que el mal que sufrimos todos, nosotros no tenemos la culpa.

Así está la situación actual que se vive en el mercado del aceite de oliva en origen. Es tal el caos que se vive en la fijación de precios en origen que se buscan culpables en entidades u organizaciones que ofrecen información de las operaciones que se realizan o semanalmente o día a día.

“Entre todos la mataron y ella sola se murió” Nadie quería esta estrepitosa caída de precios, pero al final nos la hemos ganado a pulso

Mientras que para algunos la situación actual de los precios es una consecuencia de la presión liquidadora de los agricultores a las almazaras industriales, que se ven obligados a vender en momentos de una gran oferta, y en consecuencia supone una nueva presión bajista en los precios; para otros el culpable es el especulador que opera a través del Poolred y que distorsiona el mercado con escasas operaciones en volumen a bajo precio. Y luego tenemos a los industriales envasadores a los que también acusan de controlar los precios en función de sus intereses y acuerdos con la gran distribución.

Y para dar una vuelta más de tuerca en busca de los culpables hay otras corrientes de opinión en las que acusan a los olivares superitensivos de Portugal o las producciones de Túnez o Turquía de por qué en España tenemos los precios tan bajos.

Pero lo más triste es que como dice el refrán “Entre todos la mataron y ella sola se murió” Nadie quería esta estrepitosa caída de precios, pero al final nos la hemos ganado a pulso.

Quizás el único eslabón que más sufre y menos poder de decisión tiene es el agricultor. El olivarero la única esperanza que tiene para que se revierta esta situación actual le viene del cielo.  Si el campo no recibe agua en las próximas 4-6 semanas la reflexión del sector volverá a enfocarse en la próxima cosecha 2025/26 y podría ayudar a recuperar una posición más alza de los precios; siempre y cuando el consumo se siga recuperando.