Begoña Pérez

Olimerca.- Tras cuatro años trabajando en impulsar la agricultura regenerativa en el Sur de Europa -y ahora también en el Este y Centro del continente-, el organismo europeo EIT Food ya dispone de resultados concretos que demuestran la viabilidad ambiental y económica de esta manera de entender el sector primario. 

Casi 400 explotaciones españolas se han adentrado en estas prácticas a través de cursos, talleres y programas de mentorización. Según Begoña Pérez Villarreal, directora general en el Sur de Europa: “el 60% de los agricultores ha mejorado su nivel de materia orgánica en el suelo; el 68% ha mejorado sus niveles de carbono en el suelo; y, además, el 38% de ellos ha abandonado el laboreo profundo o ha reducido en más del 50% el número de pases; el 17% ha abandonado el uso de fertilizantes minerales nitrogenados; y el 12% ha abandonado el uso de fitosanitarios químicos”.  

Este método consigue resultados probados: reduce las emisiones, favorece la biodiversidad, convierte al suelo en el principal protagonista y mejora la rentabilidad al cabo de unos años. No obstante, tiene aún un gran margen para expandirse entre el sector primario europeo, y en concreto en España.
Mediante su programa RAW! (siglas de Regenerative Agriculture Works), más de cien agricultores y ganaderos de España, Portugal e Italia han recibido asesoramiento, que se aplica ya en 30.000 hectáreas de estos tres países. Casi el 60% de las consultas están relacionadas con viñedos, olivares, frutales y ganado. 

La agricultura regenerativa no solo implica beneficios económicos. Al mejorar la calidad del suelo, la explotación agraria es mucho más productiva que antes

El programa incluye formaciones presenciales y tutorías en explotaciones tan diversas como unos olivares y almendros en una finca de Constantina (Sevilla), o de árboles frutales y tierras de huertas en Fraga (Huesca); la viticultura y cereal regenerativo en Fresnillo de las Dueñas (Burgos) y Alcalá de los Gazules (Cádiz) o la producción regenerativa de leche y carne a pasto en Girona y en Maeztu (Álava), entre otras. 

“La agricultura regenerativa no solo implica beneficios económicos. Al mejorar la calidad del suelo, la explotación agraria es mucho más productiva que antes, cuando se trabajaba con métodos convencionales”, explica Begoña Pérez Villarreal, 

EIT Food inició este programa en 2020. Está más relacionado con la medición de impacto de las prácticas regenerativas que un proyecto solo de formación. “El asesoramiento a agricultores permite generar conocimiento, divulgarlo y difundirlo a diferentes actores como industrias, otros profesionales, cooperativas e incluso consumidores”, señala Amparo San José, Senior Regional Business Creation Manager en EIT Food. 

Para difundir los conocimientos y educar en el uso de prácticas agrícolas sostenibles, EIT Food también ha publicado distintos manuales de agricultura regenerativa en las regiones mediterráneas, unas guías específicas para cultivos diseñadas para ayudar a los agricultores a hacer la transición de los sistemas de producción convencionales u orgánicos hacia la agricultura regenerativa.

Capturar 34 millones de toneladas de CO2
Como datos relevantes, en Europa el 10% de los gases de efecto invernadero provienen de la producción agrícola. Ya hay que tener en cuenta que, mediante el uso de prácticas agrícolas regenerativas, se podrían capturar en España hasta 34 millones de toneladas de CO2 anuales, el equivalente al 15% del total de emisiones anuales del país (rondan los 300 millones).