Olimerca.- Producir un kilo de aceite de oliva en España varía entre los 2,81 €/kg del olivar en seto de regadío, hasta los 4,61 €/kg del olivar de montaña, pasando por los 3-4 euros en olivares tradicionales de baja pendiente según regadío o secano.

Así lo ha señalado la Asociación Española de Municipios del Olivo, AEMO, que ha participado en Bruselas en la reunión del “Observatorio de Mercado de Aceite de Oliva y Aceituna de Mesa de la Unión Europea”, donde ha mostrado un estudio sobre los costes de cultivo del olivo en España.

Invitados por Gabriel Vigil, jefe de la Unidad de Aceite de Oliva de la UE, ha expuesto el Estudio de Costes de producción de aceite de oliva de AEMO, actualizado a 2023, al grupo de miembros de esta comisión de expertos pertenecientes a todos los países productores de aceite de oliva de la UE.

“Para AEMO es muy importante comunicar en Bruselas, centro de decisión política, esta realidad, porque los responsables comunitarios deben conocer que producir la grasa más sana y más rica de todas las conocidas, el AOVE, tiene unos altos costes"

El estudio de costes de AEMO, desde su primera versión en 2010, ha considerado los costes de explotación para la obtención de un kilo de aceite de oliva en los distintos escenarios de cultivo (montaña, tradicional de baja pendiente, intensivo y seto). Pues bien, para esta ocasión desde AEMO han querido determinar los costes totales, sumando a los costes de explotación también la renta de la tierra y los costes de amortización de la plantación, para acercarse más a la realidad y considerar así todos los costes involucrados.

“Para AEMO es muy importante comunicar en Bruselas, centro de decisión política, esta realidad, porque los responsables comunitarios deben conocer que producir la grasa más sana y más rica de todas las conocidas, el AOVE, tiene unos altos costes propios de un cultivo leñoso como es el olivar”, aseguran dese la Asociación.

Además, consideran “oportuno ponerlos encima de la mesa, máxime en este momento cuando se está produciendo una bajada demasiada acelerada de los precios del aceite en origen, que no debería nunca desembocar en los precios finales que tuvimos hace pocas campañas y que se situaron por debajo de estos altos costes”.