Olimerca.- Un equipo de investigadores del grupo de investigación en Zoología Aplicada y de la Conservación (ZAP), el Laboratorio de Microbiología y el Servicio de Información Geográfica de la Universidad de las Illes Balears han identificado dos especies de insectos, Philaenus spumarius y Neophilaenus campestris, como los vectores principales en las islas Baleares de la bacteria Xylella fastidiosa, un patógeno que ha causado una gran mortandad de olivos en las islas, además de otros cultivos.

Son los resultados obtenidos en el marco del primer estudio que se ha hecho en el ámbito europeo a gran escala para identificar los insectos vectores de Xylella fastidiosa y profundizar en su bioecología en una zona afectada. 
El estudio se enmarca en el proyecto «Collection of data and information in Balearic Islands on biology of vectors and potential vectors of Xylella fastidiosa (GP/EFSA/ALPHA/017/01)», que obtuvo financiación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en 2017.

Insectos responsables
Durante tres años y medio, los investigadores de la UIB han investigado el ciclo biológico y la prevalencia de esta bacteria en los vectores en cultivos de importancia del sector primario en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, como son el olivo, la viña y el almendro.

Los investigadores de la UIB recuerdan que todavía hoy no hay tratamiento ni cura para las plantas infectadas, y que, por lo tanto, conocer el papel que tiene cada especie de vector es fundamental para entender la epidemiología de la enfermedad 

Gracias al estudio de los investigadores de la UIB, se han detectado dos especies de vectores de la bacteria en las cuatro islas de Baleares: Philaenus spumarius y Neophilaenus campestris.

Se ha observado que las ninfas (no infectivas) de estos insectos se encuentran en la cubierta vegetal a principio de marzo, donde forman una característica espuma de protección en las hierbas. Pasan por cinco estadios ninfales, hasta que a final de abril se empiezan a observar los primeros adultos. Cuando se deseca la cubierta vegetal, los adultos migran hacia los árboles, que es cuando empieza el proceso de infección, puesto que se alimentan de árboles infectados por la bacteria. Una vez que han adquirido la bacteria, son infectivos durante toda su vida adulta. A final de septiembre, los insectos vuelven a la cubierta vegetal para poner los huevos y acabar el ciclo vital.

Desde 2017, se ha visto que el 23% de los vectores capturados en las islas Baleares estaban infectados de Xylella fastidiosa y que el Philaenus spumarius es el que presenta una tasa de infección más elevada, con un 23,8%, mientras que la del Neophilaenus campestris es del 21,3%.

En Mallorca, se ha observado una prevalencia de vectores infectados de un 24%; en Menorca, ha sido de un 21,5%, y en Ibiza, de un 21%. En Formentera, no se han encontrado vectores infectados con Xylella fastidiosa.
En cuanto a los resultados por cultivos, los insectos capturados en cultivos de almendro han presentado la prevalencia más elevada, con un 25,7%, seguidos de un 22,8% en los de olivo, y de un 21% en las viñas.

Patología sin tratamiento
Los investigadores de la UIB recuerdan que todavía hoy no hay tratamiento ni cura para las plantas infectadas, y que, por lo tanto, conocer el papel que tiene cada especie de vector es fundamental para entender la epidemiología de la enfermedad en las islas Baleares y establecer el riesgo de transmisión en cada isla y en cada cultivo. Por ejemplo, según el estudio, el papel del Philaenus spumarius en la transmisión de la bacteria sería más relevante en todos los cultivos, si se compara con el del Neophilaenus campestris.

En el proyecto de investigación han participado el doctor Miguel Ángel Miranda (investigador principal), Júlia López, Sofia Delgado, la doctora Claudia Paredes y Pau Mercadal, del grupo de investigación en Zoología Aplicada y de la Conservación de la UIB; la doctora Margalida Gomila, el doctor Jordi Lalucat, el doctor Antoni Busquets i Guillem Seguí, del Laboratorio de Microbiología de la UIB; la doctora Katherine Lester y el doctor David Kenyon, del Science and Advice for Scottish Agriculture Department; y el doctor Maurici Ruiz, del Servicio de Información Geográfica de la UIB.