Olimerca.- La Asociación Española de Girasol (AEG) estima que para la campaña 2023/24, con una superficie de siembra de girasol de 745.134 has., similar a la de 2022/23, la producción será superior a la obtenida entonces gracias a unos rendimientos que serán más elevados.

Así, según avanza la AEG a Olimerca, dicha producción puede situarse entre 840.000 y 870.000 tn, aproximadamente, frente a las algo más 700.000 tn de la anterior, que estuvo penalizada por la fuerte sequía en gran parte del territorio, pero compensada con una muy buena producción en Castilla y León.

La AEG recuerda que estas cifras son provisionales dado que el cultivo de girasol en el norte todavía está en floración, por lo que la climatología de las próximas semanas va a ser clave para la producción final.

Aun así, siendo la superficie de siembra de girasol en ambas campañas muy similar, consideran que este aumento de la producción prevista se debe, fundamentalmente, a la climatología y sobre todo más benigna en la mitad sur, tanto en precipitaciones como en temperaturas más suaves, ya que el año pasado fue pésima por la sequía.

En Andalucía la superficie de girasol sembrada en este 2024 ha descendido un 5%, pasando de las 203.442 hectáreas de la campaña anterior a las 194.043 hectáreas de 2024, tal y como confirman desde Asaja-Sevilla a Olimerca

Andalucía y Sevilla
En Andalucía la superficie de girasol sembrada en este 2024 ha descendido un 5%, pasando de las 203.442 hectáreas de la campaña anterior a las 194.043 hectáreas de 2024, tal y como confirman desde Asaja-Sevilla a Olimerca.

En cuanto a rendimientos, avanzan que a nivel regional se esperan unos 1.379 kilos por hectárea de media, por encima de la media del año pasado, que fue muy baja, de 1.005 kg/ha, como consecuencia de la sequía. 

La provincia de Sevilla continúa encabezando el ranking regional. En Sevilla se siembra casi la mitad de toda la superficie que se dedica a esta oleaginosa en Andalucía. En 2024 los agricultores sevillanos han sembrado 95.980 hectáreas de girasol, frente a las 103.230 hectáreas de la pasada, una reducción del 7% de la superficie derivada fundamentalmente de la baja rentabilidad del cultivo que lleva a que estas superficies se destinen a cultivos arbóreos como el olivar o el almendro o a la instalación de plantas solares. 

Tal como expone la responsable de cultivos herbáceos de Asaja-Sevilla, Macu García, “el cultivo ha experimentado diversas incidencias a lo largo de la campaña. Así, los girasoles más tempranos, que se sembraron a finales de enero, tuvieron que resembrarse a consecuencia de las fuertes lluvias de la primera quincena de febrero, que impidieron la correcta nascencia del cultivo”. 

Por otra parte, explica que en las variedades ‘no clearfield’, hubo un problema importante de malas hierbas, porque el cultivo alcanzó bastante tamaño y no se pudieron hacer tratamientos para su control. Posteriormente, durante el estado fenológico de 2-4 hojas, también hubo que realizar tratamientos para potenciar el crecimiento inicial.

No obstante, tal como detalla Macu García, las temperaturas suaves de mayo y junio han favorecido al máximo la maduración del cultivo, evitando que las pipas queden vanas, como sí sucedió en la campaña pasada con las altas temperaturas de abril. 

Los rendimientos generales estarán por encima de los del año pasado, que fueron desastrosos debido a los efectos de la sequía, aunque en algunos casos están siendo inferiores a las expectativas que tenían muchos agricultores. En cualquier caso, se trata de una campaña aceptable en cuanto a producción y muy mejorable en cuanto a precios, puesto que las cotizaciones actuales están muy lejos de compensas los costes de producción que soporta este cultivo. 

De hecho, las cotizaciones actuales, según la última sesión de la Lonja de Sevilla -celebrada el pasado 6 de agosto-, siguen la línea continuista de las últimas semanas, con el girasol convencional a 412 €/tonelada, el alto oleico a 435 €/tn y un volumen de operación muy escaso.