Olimerca.- La tuberculosis del olivo constituye un reto significativo para los agricultores, particularmente en sistemas de producción intensiva. Así lo señalan desde la Red Andaluza de Inspección y Alerta Fitosanitaria (RAIF), que destaca que para mitigar el impacto de esta enfermedad son necesarias medidas fitosanitarias y culturales, junto con un manejo integrado de plagas.

Además, asegura que con una adecuada atención es posible reducir significativamente las pérdidas económicas y garantizar la sostenibilidad del cultivo a largo plazo.

Para arrojar más luz sobre esta enfermedad ha publicado un documento en el que informa que su propagación se puede dar por cuatro vías:

1. Heridas en los tejidos: La bacteria penetra por lesiones causadas por herramientas de poda, granizo, viento, insectos o recolección mecánica. 

2. Lluvia y salpicaduras: El agua actúa como vector, transportando bacterias desde las agallas infectadas hacia tejidos sanos. 

3. Material de propagación infectado: Estacas o plántulas contaminadas en viveros pueden introducir la enfermedad en nuevas plantaciones.

4. Insectos vectores: Algunos insectos pueden facilitar la entrada de la bacteria al causar heridas o transportar inóculos.

La RAIF asegura que con una adecuada atención es posible reducir significativamente las pérdidas económicas y garantizar la sostenibilidad del cultivo a largo plazo

Medidas de control
Asimismo, apunta a una serie de medidas de control:

Medidas de Control Fitopatológico 
1. Tratamientos fitosanitarios: La aplicación de productos, principalmente formulados a base de cobre, tras la poda y recolección reduce la población de bacterias en las superficies expuestas. Más adelante se especifican cuáles son estos productos según consulta al Registro de productos fitosanitarios del Ministerio productos. 

2. Saneamiento Físico: Eliminación de ramas infectadas mediante cortes por debajo de las zonas tumorales. Estas ramas deben ser retiradas y destruidas para evitar que actúen como fuentes de inóculo.

Control Cultural 
1. Higiene en la Poda: Desinfectar las herramientas con soluciones de hipoclorito sódico o alcohol al 70% entre cortes para prevenir la diseminación. 

2. Evitar Daños Mecánicos: Minimizar las heridas causadas por maquinaria y otros implementos agrícolas durante la recolección y mantenimiento.

3. Manejo del Agua: Optimizar los sistemas de riego para evitar condiciones de humedad excesiva que favorezcan la proliferación bacteriana. 

4. Plantación de Material Sano: Utilizar material vegetal certificado libre de infecciones para prevenir la introducción de la enfermedad en nuevas plantaciones.

Control Preventivo 
1. Monitoreo Periódico: Realizar inspecciones regulares para identificar tempranamente los síntomas y tomar medidas correctivas inmediatas. 

2. Control Biológico: Investigar el uso de antagonistas naturales como Bacillus subtilis o Pseudomonas fluorescens para reducir la población de P. savastanoien el ambiente.

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