Olimerca.- El campo está muy mal, llevamos meses de calor extremo y ausencia de lluvias. En Andalucía los olivares de secano están a cero, apenas sin fruto, y en los de regadío, los elevados precios de la energía y los hidrocarburos están llevando a muchos agricultores a replantearse el riego y eso se está notando en la aceituna.
Así lo ha señalado a Olimerca Cristobal Gallego, presidente del Consejo Sectorial de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, cuyas últimas estimaciones hacían prever una producción en la provincia de Jaèn de 230.000 tn “pero nos tememos que pueda ser inferior”, ya que de cara a las próximas semanas no hay previsión de lluvia.
Con estas cifras, Gallego hace un símil con lo que fue la campaña 2014/15, y por el momento, quedarán a la espera de que la Junta de Andalucía publique el primer aforo de campaña para hacer sus previsiones, pero mucho se temen que la situación no mejorará.
Córdoba
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, también ha alertado de que la situación del olivar en estos momentos es muy delicada debido a que el estado actual de sequía podría reducir la cosecha de la aceituna a la mitad.
Aunque uno de los puntos por resolver es el de los aforos oficiales de cada una de las campañas, Fernández de Mesa apunta a que en la provincia la cosecha media de aceituna arroja unas 300.000 toneladas y este año podría quedarse en unas 180.000.
La incidencia de la sequía en la próxima cosecha llega, además, en un momento crítico para los productores de aceite de oliva, sumamente afectados por el alza del precio de los suministros, como los abonos, fitosanitarios y el gasóleo, que se encuentran disparados y subiendo progresivamente.
De hecho, si se comparan los gastos de esta campaña con respecto a la situación de hace un año, el coste del gasóleo se ha incrementado, pasando de 56 céntimos el litro a 1,30 euros el litro. También, el gasto en abonos es muy considerable, un 105% respecto al año anterior, pasando de unos 380 euros/tn a 780 euros/tn.
La menor producción de aceite se basa también no sólo en que haya menos aceituna colgada del árbol, sino que, además, “esa aceituna tiene bloqueada su propia fábrica de aceite, y mientras no se den unas condiciones climáticas favorables no comenzará a producirlo con lo que podría llegar a las almazaras con mínimos rendimientos”, afirma el presidente de Asaja Córdoba.
Además de ello, preocupa mucho ya no sólo esta próxima cosecha 2022-23, si no la siguiente 2023-24. La mala situación en que van a encontrarse los olivos por la falta de agua hará que, de no tener un próximo otoño e invierno con precipitaciones más que suficientes, los árboles no sean capaces de “cargar” aceituna por su debilidad fisiológica.
Granada
El olivar de Granada, como el de otras muchas zonas de nuestro país, sufrirá una importante merma en la producción de cara a la próxima campaña 2022/23, con pérdidas millonarias para los olivicultores.
Desde UPA Granada calculan que habrá un 30% menos de cosecha de aceite de oliva, y unas pérdidas superiores a los 125 millones de euros por la sequía, entre el valor económico del producto y la considerable disminución de mano de obra necesaria.
Según el secretario general de la Organización, Nicolás Chica, a tenor de los datos de campo que manejan los técnicos, para determinar que no se alcanzarán ni siquiera las 90.000 toneladas de aceite producido, menos cantidad que la obtenida en la campaña 2021/2022.
“El año pasado se produjeron 118.000 toneladas de aceite. Este año estimamos una disminución del 30%, que suponen 35.000 toneladas menos, lo que traducido en impacto económico supondrá 118 millones de euros menos de valor productivo a los que debemos sumar otros 7 millones de euros al perderse 115.000 jornales. En total, más de 125 millones de euros menos que tendrán los agricultores granadinos en sus bolsillos”, explica Nicolás Chica.
Por su parte, el director de Cooperativas Agroalimentarias de Granada, Gustavo Ródenas, asegura que se van a cuantificar hasta 80 millones de kilos de aceite menos en la provincia de Granada y estima las pérdidas en unos 250 millones de euros respecto a otros años”. Alrededor de 40.000 familias viven en Granada del sector del olivar. En algunas zonas, este año se espera que habrá menos de la mitad de cosecha que otros.
Calor y falta de agua
El problema para UPA Granada no solo está en las pérdidas de cosecha, de valor económico y de empleo en el medio rural de nuestra provincia, sino también en el futuro. “La ola de calor que sufrimos en los momentos iniciales de la floración quemó todos los tallos que no habían salido. Después, las altas temperaturas del verano, unidas a la falta de precipitaciones y la prolongada situación de sequía que sufrimos, han hecho que las aceitunas que tienen los árboles hayan disminuido de tamaño y están muy arrugadas, especialmente en el secano. En muchas explotaciones, incluso, los olivareros ni siquiera recogerán el fruto porque les costaría más dinero del que obtendrían”, afirma.
“El año pasado se produjeron 118.000 toneladas de aceite. Este año estimamos una disminución del 30%, que suponen 35.000 toneladas menos, lo que traducido en impacto económico supondrá 118 millones de euros menos de valor productivo"
Además, la falta de lluvia se sigue notando, especialmente en el secano. Tal y como están las cosas ahora mismo “mucho nos tememos que el olivo pueda sufrir daños estructurales. De persistir la sequía y no llover en los meses de septiembre y octubre, los olivos se pueden resentir de cara al futuro y entonces sería imposible cuantificar los daños y las pérdidas que sufriremos”, adelanta Nicolás Chica. “Tal y como están las cosas, ni por asomo vamos a alcanzar la producción obtenida en la pasada campaña, por lo que hablamos de una disminución segura del 30% y un golpe importante al empleo. Más adelante, si persiste esta situación de sequía y ausencia de precipitaciones, ya podríamos hablar de unas pérdidas aún mayores”, explica Nicolás Chica.