Priscila R. Bautista, investigadora de la UJA.

Olimerca.- Las personas que intenten cometer fraudes con el aceite de oliva lo tendrán un poco más difícil a partir de ahora. Investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) han desarrollado un método más sostenible y eficiente para el control de calidad y la detección prácticas fraudulentas en aceites de oliva. 

En concreto, este trabajo, desarrollado en el marco del proyecto europeo PlasMOF, permite la clasificación de los distintos tipos de aceites de oliva y la detección de posibles fraudes a través de una técnica que combina la espectrometría de masas y redes metal-orgánicas.

“Este proyecto nace como un híbrido entre la espectrometría de masas ‘ambient’, una técnica que se lleva a cabo sin ningún tipo de disolvente orgánico o apenas unos microlitros de ello, y redes metal-orgánicas, que son nuevos materiales de creciente interés en el campo de la química analítica”, explica Priscilla Rocío Bautista, miembro del grupo de investigación ‘Química Analítica’ de la UJA (FQM-323) y principal responsable del proyecto PlasMOF.

Considerando la importancia del aceite de oliva en la provincia de Jaén, el proyecto PlasMOF puso el foco en la implementación de un método más sostenible y rentable a la hora de valorar la autenticidad de los distintos tipos de aceite de oliva, con el fin de evitar posibles adulteraciones de cara a su consumo y venta.

Este trabajo, desarrollado en el marco del proyecto europeo PlasMOF, permite la clasificación de los distintos tipos de aceites de oliva y la detección de posibles fraudes a través de una técnica que combina la espectrometría de masas y redes metal-orgánicas

Categorización sostenible, efectiva y práctica
De esta manera, a través de la combinación de la espectrometría de masas y las redes metal-orgánicas, los investigadores de la UJA han elaborado un procedimiento que permite clasificar y categorizar los distintos tipos de aceite (lampante, aceite de oliva, aceite de oliva virgen o aceite de oliva virgen extra) de manera más sostenible, efectiva y rápida. 

Para ello, utilizan una técnica basada en la ionización de componentes específicos del aceite de oliva. Con este aumento de la señal analítica y posterior tratamiento de datos, pueden diferenciarse cada variedad de forma más sencilla a través de los compuestos diana que aportan parámetros en su composición.

“La técnica que hemos implementado presenta varias ventajas respecto a los protocolos que se llevan a cabo actualmente en las almazaras”, indica la investigadora Priscilla Rocío Bautista. “En concreto, nuestro método es más rápido, más sostenible y más rentable porque emplea escasos microlitros de disolvente orgánico, por lo que es menos perjudicial, necesitamos una menor cantidad de muestra, entre cinco y diez microlitros, y requiere de un menor tiempo para la determinación de posibles fraudes o alteraciones”, subraya Priscilla Rocío Bautista.

El procedimiento implementado por los investigadores del proyecto PlasMOF reduce el tiempo de análisis y la cantidad de muestra necesaria para clasificar y categorizar los distintos tipos de aceites, lo que puede ser un beneficio a corto y medio plazo para la industria agroalimentaria y para el sector oleícola.

El proyecto PlasMOF se ha desarrollado durante dos años (2022-2024) gracias a la financiación del programa Horizonte Europa en el marco de las acciones Marie Sklodowska Curie (MSCA) de la Comisión Europea. Para su realización, el grupo de investigación Química Analítica de la UJA (FQM-323) ha contado con la colaboración del Instituto Universitario de Investigación en Olivar y Aceites de Oliva (INUO) de la Universidad de Jaén y del Leibniz-Institut für Analytische Wissenschaften (ISAS) de Dortmund (Alemania).