Olimerca.- La climatología está siendo determinante este año en el cultivo del olivar de aceituna de mesa. La escasez de precipitaciones acumuladas en el periodo que llevamos del año agrícola y prácticamente inexistente desde finales del mes de abril en todas la zonas productoras; unido a las continuas altas temperaturas que llevamos soportando desde el mes de mayo hasta finales de julio, ha supuesto un alto grado de deshidratación de los olivos como de los frutos en todas las zonas productoras.

La nota positiva es que, al contrario que en la pasada campaña, donde hubo un alto porcentaje de frutos con picada por mosca, este año, y como consecuencia positiva del periodo de extrema sequedad, se observa la ausencia de plagas y enfermedades, de forma que los frutos se muestran muy sanos, con tamaño normal para la fecha que nos encontramos y adelantados en cuanto a su maduración provocada por la ola de altas temperaturas.

Según un primer avance realizado por el propio sector, las variedades Manzanilla y Hojiblanca son las que potencialmente muestran una menor producción, en relación con la media de las seis últimas campañas; mientras que para la variedad gordal se estima un aforo en línea con las últimas cosechas, aunque con menor índice de tamaños pequeños o azofairon e incluso con frutos muy adelantados lo que podría suponer un inicio de la recolección a finales del mes de agosto.

Actualmente la cosecha verdeable de Hojiblanca se encuentra muy afectada por la adversa climatología, no obstante al ser una variedad de recolección más tardía tendría más posibilidad de beneficiarse de las lluvias otoñales.