Presidentes de Asaja e Interaceituna.

Olimerca.- La producción nacional de aceituna de mesa será de 487.000 toneladas, 101.000 toneladas menos de las que se recolectaron la pasada campaña. Así lo prevé el aforo elaborado por Asaja Sevilla y presentado ayer, 11 de septiembre en su XXXVII Jornada de Aceituna de Mesa, celebrada en Huévar del Aljarafe, a la que asistieron más de 200 agricultores.

Especialmente importante será la caída que sufrirán variedades como la manzanilla y la gordal, que verán reducida su cosecha en más de un 50%. En concreto, en el caso de la manzanilla, Asaja-Sevilla estima que la producción final será de 95.000 toneladas, 114.000 toneladas menos que la pasada, mientras que en el caso de la gordal se estima que se recolectarán 17.000 toneladas, 26.000 toneladas menos que la pasada.

No obstante, la recuperación de la producción de las variedades extremeñas (cacereña y carrasqueña) y la reducción mucho más atenuada de la variedad hojiblanca, maquillan las cifras y evitan una mayor caída de la producción nacional.

Precios
En este encuentro también se habló de precios y de cómo éstos se han recuperado. Y es que las estimaciones de cosecha que están muy por debajo de las necesidades habituales de la industria y los envasadores españoles, las ofreció en su intervención el responsable técnico de la sectorial de Aceituna de Mesa de Asaja-Sevilla, José Vázquez, quien puso de manifiesto que las necesidades del consumo nacional y de las exportaciones superan las 600.000 toneladas, por lo que para atender los compromisos comerciales del sector será necesario dar salida a una parte importante del stocks que se arrastra de campañas anteriores.

Esta situación ha provocado la recuperación del precio en origen para todas las variedades, y con especial incidencia para la gordal y la manzanilla, las dos más escasas esta campaña.

Vázquez recordó a todos los agricultores que exijan el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria y no entreguen su aceituna sin precio o a precio abierto. “La aceituna debe venderse con un contrato escrito y a precio cierto u objetivamente referenciado, tal como marca la ley”. Por lo que les insto a que “en caso de que algún comprador u operador se niegue a cumplir con esta norma, lo denuncien en las oficinas de Asaja-Sevilla para elevar la correspondiente denuncia”.

Exportación
Respecto al balance de campaña Asaja-Sevilla Vázquez destacó también el buen comportamiento de las exportaciones, que se han incrementado en casi un 4% al pasar de las 357.000 toneladas de la campaña 2017/2018 a las 371.000 de la 2018/2019, consolidando la tendencia al crecimiento mostrada en las tres campañas precedentes. Y todo ello en una campaña en la que ha pesado el gravamen impuesto en agosto de 2018 a la aceituna negra española por la administración Trump, que ha provocado la reducción de un 50% en las exportaciones de aceituna negra nacional a Estados Unidos.

Asimismo, ha avanzado que el futuro del comercio con ese país es cada día más incierto, puesto que sobre el sector pende la amenaza de nuevos aranceles del Gobierno de Trump a diversos productos agrícolas europeos, entre los que figura también la aceituna de mesa.

Asignaturas pendientes
En esta jornada también se ha evaluado la actuación de la administración con este sector al que, a juicio de Asaja-Sevilla, no se le presta la atención que merece. Así, el Ministerio de Agricultura lleva ya varios septiembres suspendiendo algunas asignaturas, por lo que “entendemos que es nuestra obligación recordarlas para que tome nota el futuro gobierno y se ponga a ello con la mayor celeridad”.

Así, desde la organización agraria sevillana consideran que el próximo ministro/a de Agricultura deberá:

  • Trabajar en la puesta en marcha de un mecanismo de autorregulación, similar al que ya se está planteando para el sector del aceite de oliva, que ofrezca una mayor estabilidad a los precios en origen.
  • Lograr que en la nueva reforma de la PAC la aceituna de mesa se equipare a otros sectores en dificultades y pueda optar a una ayuda acoplada similar a la que ya reciben más de una docena de producciones.
  • Extender la normativa sobre el correcto etiquetado al sector de la aceituna de mesa para romper con la opacidad actual y para facilitar que el consumidor sepa que es lo que está comprando. Actualmente, no es preceptivo que figure en las etiquetas el origen ni la variedad de la aceituna, una traba a la transparencia y a la trazabilidad.
  • Aprobar un plan de restructuración y renovación similar a los que se han puesto en marcha con otros sectores (viñedo, almendros…) para modernizar el sector del olivar de mesa y ofrecer una alternativa a las explotaciones inviables.