Olimerca.- La resistencia a la insulina se produce cuando las células del cuerpo dejan de responder adecuadamente a esta hormona, que ayuda a regular el azúcar en sangre. Cuando esto sucede, el páncreas tiene que producir más insulina para mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre. Con el tiempo, esto puede provocar diabetes tipo 2, aumento de peso y otros problemas de salud.

Durante años, los investigadores han sabido que el aceite de oliva puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y el metabolismo, lo que lo convierte en una opción dietética inteligente para las personas con riesgo de diabetes. Pero hasta hace poco, no entendían completamente por qué. 

Un nuevo estudio, “Impact of Olive Oil Components on the Expression of Genes Related to Type 2 Diabetes Mellitus”, realizado por investigadores de universidades de Rumanía y Jerusalén, ha descubierto una pieza clave: el aceite de oliva ayuda a regular ciertos genes que desempeñan un papel en el metabolismo y la función de la insulina, tal y como señalan desde la North American Olive Oil Association (NAOOA).

El aceite de oliva, y en especial el virgen extra (AOVE), está repleto de grasas saludables y compuestos vegetales llamados polifenoles. Los científicos saben desde hace tiempo que estos compuestos ayudan a reducir la inflamación y a proteger las células de los daños. Pero ahora han descubierto que el aceite de oliva influye activamente en los genes implicados en la forma en que el cuerpo procesa el azúcar y las grasas.

El aceite de oliva activa ciertos genes que descomponen las grasas de manera eficiente, evitando la acumulación de grasa dañina que puede interferir con la función de la insulina

¿Cómo funcional?
Según este estudio, el ácido oleico, un tipo de grasa saludable presente en el aceite de oliva, ayuda a que la insulina funcione mejor al mejorar la forma en que las células absorben la glucosa (azúcar) de la sangre. El ácido oleico se encuentra en todos los tipos de aceite de oliva, no solo en el aceite virgen extra.

Los polifenoles, como el hidroxitirosol y la oleuropeína, ayudan a reducir la inflamación, que desempeña un papel importante en la resistencia a la insulina. El aceite de oliva virgen extra tiene niveles más altos de polifenoles que otros tipos de aceite de oliva.

El aceite de oliva activa ciertos genes que descomponen las grasas de manera eficiente, evitando la acumulación de grasa dañina que puede interferir con la función de la insulina.

El estudio destaca que el aceite de oliva no solo ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, sino que también cambia la forma en que el cuerpo procesa los alimentos a nivel genético. Al mejorar la forma en que los genes regulan el metabolismo del azúcar y la grasa, el aceite de oliva puede ayudar a prevenir o controlar enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad.