Olimerca.- El crecimiento proyectado de la producción de aceite de oliva en Urugyay, respaldado por la entrada en su máximo potencial de los montes jóvenes en los próximos años, junto con el aumento del consumo de productos saludables, posiciona al sector como una actividad agraria con un importante potencial de desarrollo. 

Así lo recoge el Anuario OPYPA publicado por la Oficina de Planificación y Política Agropecuaria (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de este país, que señala también que las perspectivas para la campaña 2024-2025 son optimistas, de mantenerse condiciones climáticas favorables. 

A nivel exportador, Uruguay ha comenzado a ganar terreno en mercados internacionales como Brasil y Estados Unidos en la colocación de aceite virgen extra y se mantiene España como destino del aceite virgen y virgen extra.

Innovación e investigación
La autora de este anuario, María Noel Ackermann, técnica de OPYPA, destaca que para aprovechar estas oportunidades “es crucial continuar trabajando desde la innovación y la investigación para promover estrategias adaptativas y de promoción de valorización de productos y subproductos frente a los desafíos climáticos y económicos”. 

Por otro lado, también apunta a que se debe continuar promoviendo y trabajando en el conocimiento del aceite de oliva entre los consumidores, destacando sus beneficios para la salud y su versatilidad en diversos usos, desde la gastronomía hasta las aplicaciones en la cosmética y la industria alimentaria, farmacéutica y energética. 

A nivel exportador, Uruguay ha comenzado a ganar terreno en mercados internacionales como Brasil y Estados Unidos en la colocación de aceite virgen extra y se mantiene España como destino del aceite virgen y virgen extra

Asimismo, destaca que la Mesa del Olivo, como ámbito articulador público-público y público-privado, es clave para colaborar en el abordaje de estos desafíos y asegurar el crecimiento sostenible y competitivo del sector.

6.000 has de olivos
Uruguay cuenta con unas 6.000 hectáreas de olivar, cuya producción ha presentado vaivenes propios de la vecería del cultivo y también por afrontar desafíos climáticos y económicos. 

En el mercado doméstico los aceites de oliva nacionales han logrado consolidar su posición, incluso frente a la fuerte competencia de aceites importados. Actualmente, la producción local abastece alrededor de la mitad del consumo nacional. 

En la campaña 2023-2024 la cosecha sintió los impactos del déficit hídrico severo que atravesó el país en 2023, con una fuerte reducción del volumen producido respecto a la campaña previa.

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