Olimerca.- Trapani (Sicilia) acogió los días 22 y 23 de enero la reunión anual del proyecto Soil Olive, en la que se debatió el desarrollo de una norma de sostenibilidad para los olivares. Este marco integraría criterios de salud del suelo, ofreciendo beneficios tanto ambientales como socioeconómicos.

Entre los asistentes a este encuentro estaba Juan Antonio Polo, responsable del Departamento de Tecnología y Medio Ambiente del Aceite de Oliva del COI, que señaló que “una norma de este tipo ayudaría a la sociedad a reconocer los servicios ecosistémicos vitales que brindan los olivares, al tiempo que promovería prácticas sostenibles en todo el sector”.

Además, Polo presentó conclusiones clave que destacan el papel fundamental de la salud del suelo en el futuro del cultivo del olivo. Durante su intervención subrayó que la salud del suelo es la piedra angular de la sostenibilidad del olivar. “Sin suelo, no hay olivar”, afirmó, llamando la atención sobre la necesidad de prácticas agronómicas rentables para regenerar el suelo. Además, exploró las sinergias entre la salud del suelo y la calidad del producto, sugiriendo que esta relación podría allanar el camino para soluciones innovadoras en la producción de aceite de oliva.

El proyecto Soil Olive, financiado por la UE, ejemplifica el compromiso del COI con la sostenibilidad, ya que se alinea con los esfuerzos del Consejo para abordar los desafíos que plantea el cambio climático, optimizar el uso de los recursos y defender la agricultura regenerativa. Al participar en el Consejo Asesor del proyecto, el COI apoya activamente la investigación y la innovación pioneras destinadas a mejorar la gestión del suelo y fomentar la resiliencia en el sector oleícola.

A través de iniciativas como Soil Olive, el COI refuerza su misión no solo de apoyar a los productores de oliva, sino también de involucrar a un público más amplio en el impulso mundial a la agricultura sostenible.