Olimerca.- Debido a las condiciones climáticas desfavorables que han hecho caer la producción de aceite de oliva en las campañas 2022/23, alrededor de un 40%, y en 2023/24, un 25% en comparación con la media de cinco años, los precios del aceite de oliva se han elevado en todo el mundo, con aumentos que van desde el 100% hasta el 175% para el aceite de oliva virgen extra, según el mercado.
En este contexto, el presidente del Grupo de Trabajo del Copa-Cogeca sobre el Aceite de Oliva, Fernando do Rosario, alerta de que “los consumidores pueden verse atraídos por alternativas más baratas, mientras que los comerciantes pueden verse tentados a ofrecer opciones de menor costo, lo que aumenta el riesgo de fraude en un mercado conocido por su calidad y tradiciones centenarias”.
Do Rosario añade que “el aceite de oliva es un producto de alto valor y la tentación de actores sin escrúpulos de maximizar los beneficios a expensas de los consumidores y la calidad del producto persiste. Cuando los consumidores no están familiarizados con las diferencias entre los distintos tipos de aceite de oliva, las prácticas fraudulentas se vuelven más frecuentes”.
Por ello, considera que “es crucial endurecer las respuestas administrativas y las sanciones penales para los defraudadores, al tiempo que se invierte en la educación del consumidor. Una vez que los consumidores conozcan las distinciones entre los aceites de oliva virgen extra, virgen, lampante, de orujo y refinado, así como los procesos y sabores involucrados, la tasa de fraude disminuirá. Los consumidores informados podrán tomar decisiones informadas y evitar productos de menor calidad”.
“Los consumidores pueden verse atraídos por alternativas más baratas, mientras que los comerciantes pueden verse tentados a ofrecer opciones de menor costo, lo que aumenta el riesgo de fraude en un mercado conocido por su calidad y tradiciones centenarias”
Mezcla de diferentes aceites
Una práctica habitual en el sector del aceite de oliva es la mezcla de diferentes aceites vegetales. En este asunto, “debo plantear una cuestión importante con respecto a las actuales normas de comercialización de la UE que el Copa-Cogeca ha pedido reformar desde hace tiempo: la capacidad de prohibir la venta de mezclas de aceite de oliva en países donde su producción no está permitida”, asegura Do Rosario.
Explica que, actualmente, las normas de la UE permiten la mezcla legítima de aceites de oliva con otros aceites vegetales, y los Estados miembros pueden optar por prohibir dichas mezclas en sus territorios. Esta política está diseñada para proteger y promover la calidad del aceite de oliva puro y reducir el riesgo de engañar a los consumidores.
Sin embargo, asegura que existe una laguna jurídica: “si el aceite de oliva de un estado miembro que prohíbe la mezcla se exporta a otro país de la UE donde se permite la mezcla, el aceite mezclado puede reimportarse y venderse en el estado original. Aunque esto es técnicamente legal, socava la intención de la prohibición original, ya que permite que la mezcla “salga por la puerta principal y regrese por la de atrás”. Los consumidores merecen saber que cuando compran aceite de oliva, están adquiriendo aceite de oliva puro, no una mezcla con productos de menor calidad”.
Envases
Además, el responsable del Grupo de Aceite de Oliva del Copa-Cogeca asegura que “debemos centrarnos en cómo se presenta el aceite de oliva a los consumidores. Algunos Estados miembros han implementado regulaciones más estrictas que exigen botellas no rellenables para el aceite de oliva en restaurantes y establecimientos de catering. Estas botellas garantizan que lo que se sirve es aceite de oliva genuino y no un sustituto de menor calidad. La armonización de estas normas en toda la UE no solo promovería la cohesión del mercado interior y facilitaría el comercio, sino que también garantizaría una seguridad y una calidad de los productos uniformes y la protección del consumidor”.
Con todo ello, insta al sector del aceite de oliva, a las organizaciones de consumidores y a las instituciones de la UE "a que trabajen juntos para mejorar la trazabilidad y la protección del consumidor, centrándose en las mezclas y el envasado. Necesitamos salvaguardas más sólidas para garantizar que el aceite de oliva siga siendo un producto de primera calidad en el que los consumidores puedan confiar”.
"Insto al sector del aceite de oliva, a las organizaciones de consumidores y a las instituciones de la UE a que trabajen juntos para mejorar la trazabilidad y la protección del consumidor, centrándose en las mezclas y el envasado"
Alerta a la competencia del norte de África y Oriente Medio
Do Rosario destaca que “no podemos ignorar la competencia de los países vecinos de la cuenca mediterránea, como el norte de África y Oriente Medio. Aunque estas regiones se enfrentan a desafíos climáticos similares, sus costes de producción son mucho más bajos que los de Europa”.
Pone como ejemplo que “países como Túnez han estado exportando más de 56.000 toneladas de aceite de oliva a la UE anualmente, libres de impuestos, desde 1998. Si bien estas importaciones pueden ayudar a reducir los precios en épocas de escasez, deben considerarse como una solución temporal”.
Añade que “hacer que los consumidores europeos se decanten por el aceite de oliva de fuera de la UE plantea una amenaza para los estándares de producción de alta calidad de la UE. En los últimos años, debido a la reducción de la producción de la UE, las importaciones de terceros países como Chile y Argentina han aumentado. Si bien los productores europeos están comprometidos con la defensa de los derechos laborales, las normas medioambientales y la sostenibilidad económica, estas mismas garantías no siempre se aplican a las importaciones de países no pertenecientes a la UE. Es esencial que reflejemos estos valores en los acuerdos comerciales internacionales y prioricemos la producción europea”.