Olimerca.- El olivar de regadío duplica la mano de obra al secano, de modo que 500.000 hectáreas de olivar de regadío, suponen un incremento de 6.000.000 jornales; alrededor de 25.000 puestos de trabajo. Asimismo, el olivar de regadío duplica las UTAS al de secano según indicadores técnico económicos.

Así se ha detallado en la presentación del “Manifiesto por un reparto social y territorialmente justo del agua en el Guadalquivir” de la mano de la Cátedra Universitaria COAG-CREA de Derecho Agroalimentario y del Dominio Público Hidráulico de la Universidad de Jaén (UJA), en el marco de la X Feria de los Pueblos de la Provincia de Jaén.

La distribución de la superficie regada no se corresponde con el volumen de agua consumido, y en el caso del olivar alcanza el 56% de la superficie regada (entre tradicional e intensivo) y consume el 28% de los recursos

En el aspecto económico, el olivar produce 1,50 euros por metro cúbico de agua consumido, mientras que el arroz produce 0,23 euros por metro cúbico de agua consumido, es decir, cada metro cúbico de agua empleada en olivar aporta 6,5 veces más valor económico que el usado en el arroz.

En esta presentación también se ha destacado que la distribución de la superficie regada no se corresponde con el volumen de agua consumido, y en el caso del olivar alcanza el 56% de la superficie regada (entre tradicional e intensivo) y consume el 28% de los recursos; frente a cultivos como el arroz que supone un 4% de la superficie regada y consume un 15% de los recursos. O lo que es lo mismo, 500.000 ha de olivar consumen 700 hm3, mientras que 36.000 ha de arroz consumen 377 hm3.

Cultivo más integrado en el paisaje
En cuanto al medio ambiente, el cultivo del olivar es, según los estudios, el cultivo más integrado en el paisaje, en el que se da un microclima muy parecido al del bosque mediterráneo. Recientes estudios muestran que el olivar alberga 180 especies de aves, 60 especies de hormigas, 200 especies de abejas silvestres y más de 750 especies de plantas.

El cultivo leñoso del cultivo permite una alta captura de carbono, más de 10 kilogramos de CO2 por litro de aceite producido, almacenándolo de forma estable en sus estructuras vegetales por lo que se frena las emisiones de gases invernadero.