Aceite filtrado

Olimerca.- Un análisis genético de 1.642 gestantes identifica variantes clave para personalizar el seguimiento del embarazo
Olimerca.- Un estudio realizado por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid ha demostrado que el perfil genómico de la madre, el control de la diabetes gestacional y una dieta mediterránea saludable pueden prevenir el bajo peso al nacer de los bebés. 

El peso al nacer es un indicador crucial de la salud fetal, ya que está vinculado a complicaciones a largo plazo como retrasos en el crecimiento, menor coeficiente intelectual y mayor riesgo de mortalidad prematura. En adultos, el bajo peso al nacer se asocia con un incremento del riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Una dieta enriquecida con aceite de oliva virgen extra y pistachos durante el embarazo reduce el riesgo de ingresos hospitalarios en los dos primeros años de vida de los niños en un 25%

Según el Dr. Alfonso Calle Pascual, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Clínico San Carlos, el estudio busca profundizar en las bases genéticas del bajo peso al nacer mediante el análisis de variantes genéticas maternas relacionadas con la diabetes gestacional y la dieta mediterránea. Para ello, el equipo analizó información genética y datos antropométricos y metabólicos de 1.642 gestantes recogidos durante el control rutinario del embarazo.

Factores genéticos y estilo de vida
El estudio también destaca cómo factores como el estilo de vida, alteraciones genéticas y determinadas condiciones obstétricas pueden influir en el peso al nacer. Según datos de la OMS y Unicef, la prevalencia global de bajo peso al nacer es del 14,7%, lo que resalta la relevancia de abordar este problema desde múltiples enfoques.

Los beneficios de la dieta mediterránea durante el embarazo no solo se reflejan en la salud materna, sino también en la de los hijos. Un estudio previo del mismo equipo demostró que una dieta enriquecida con aceite de oliva virgen extra y pistachos durante el embarazo reduce el riesgo de ingresos hospitalarios en los dos primeros años de vida de los niños en un 25%.

Entre las principales ventajas se encuentran una menor incidencia de bronquiolitis, asma y enfermedades infecciosas en la descendencia. Este impacto positivo se observó especialmente en madres con un índice de masa corporal menor de 25 y niveles normales de glucosa durante el embarazo.