Olivo afectado de Tuberculosis

Olimerca.- El proyecto Agroclim-Olive, del que hablábamos ayer en este boletín (ver noticia aquí) también ha avanzado en la lucha contra la antracnosis, la enfermedad más importante del fruto del olivo, causada por hongos del género Colletotrichum. 

Investigadores de la Universidad de Córdoba, junto a la empresa BALAM, han probado nuevos tratamientos basados en el uso de inductores de resistencia, como el ácido salicílico y el ácido dipicolínico, en las variedades ‘Arbequina’ y ‘Arbosana’.

Los resultados son prometedores: el ácido salicílico ha logrado reducir la incidencia de la enfermedad en el fruto, aunque con variaciones según la variedad. El ácido dipicolínico ha mostrado eficacia en laboratorio, pero en condiciones de campo ha generado síntomas de fitotoxicidad en hojas y frutos.
Además, se han identificado variedades con resistencia natural moderada a la antracnosis, como ‘Arbequina’, ‘Brunela’ y ‘Luna’, y una resistencia elevada en ‘Sikitita-2’.

Estos resultados son clave para futuras estrategias de control sostenible, ofreciendo a los agricultores nuevas herramientas para mejorar la sanidad de sus cutivos.

Resiliencia frente a la salinidad
Por último, Agroclim-Olive ha llevado a cabo ensayos en una finca del Valle del Guadalquivir, en plantaciones de alta densidad, para evaluar la tolerancia de seis variedades de olivo —incluyendo genotipos tradicionales y nuevas selecciones adaptadas a sistemas superintensivos— frente a este problema.

Los resultados muestran diferencias significativas entre variedades, con algunas mostrando una mayor capacidad de adaptación a suelos salinos. Estos resultados son fundamentales para identificar variedades más resilientes, favoreciendo la sostenibilidad y viabilidad del cultivo en suelos salinos, un problema cada vez más extendido por el cambio climático.