Olimerca.- Tomar un desayuno de calidad y que aporte la cantidad adecuada de energía para afrontar el día, un cuarto de la ingesta total diaria, reduce el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. 

Así lo destaca un estudio enmarcado dentro de PREDIMED-Plus y coordinado desde el Instituto de Investigación del Hospital del Mar que ha publicado el Journal of Nutrition, Healt and Aging. 

El trabajo ha seguido la evolución durante tres años de 383 participantes en el proyecto PREDIMED-Plus, un ensayo clínico aleatorizado que compara el efecto de una intervención de dieta Mediterránea con actividad física versus únicamente recomendaciones sobre dieta, sobre la enfermedad cardiovascular. Ningún estudio había analizado hasta ahora la influencia de la ingesta de energía y de la calidad nutricional del desayuno en estos factores de riesgo.

Factores a tener en cuenta
Este nuevo estudio ha tenido en cuenta dos factores: por una parte, la ingesta de energía en el desayuno respecto al total del día, donde ha tenido en cuenta si el desayuno aportaba una cantidad adecuada de kuilocalorías, entre el 20 y el 30% del total diario, o bien era menor o superior a este intervalo; por otra parte, han analizado los efectos de tomar un desayuno de calidad, con un buen balance de proteínas, grasas, fibra y otros elementos. Han visto que ingerir por la mañana una cantidad adecuada de energía y hacerlo comiendo bien, suma para conseguir reducir los factores de riesgo cardiovascular.

Se hizo el seguimiento de los participantes en el estudio durante tres años. Todos y todas eran personas de entre 55 y 75 años, con sobrepeso u obesidad. Para ver su evolución se han tenido en cuenta diversos factores de riesgo cardiovascular. En concreto, el peso, el perímetro de la cintura, que es un indicador de obesidad abdominal, la evolución del peligro lipídico, con el control de los niveles de colesterol y triglicéridos, la presión arterial y marcadores de diabetes.

Resultados
Los resultados indican que las personas que ingirieron por la mañana entre un 20 y un 30% de la energía total del día tenían niveles más bajos en algunos de estos factores de riesgo. De esta manera, la evolución de su peso corporal era mucho mejor que en aquellos participantes que ingerían más o menos energía para desayunar, presentando al final del seguimiento un índice de masa corporal entre un 2 y un 3,5% más bajo y un perímetro de cintura entre un 2 y un 4% menor. Una correcta ingesta de energía en el desayuno también se asoció con un descenso muy importante en los triglicéridos, entre un 9 y un 18% menos, y una mejora en el llamado colesterol bueno, el colesterol HDL, de entre un 4 y un 8,5% más. El resto de marcadores no presentaban mejoras tan significativas.

En relación con la calidad del desayuno, las cifras también eran positivas. Los participantes con un desayuno de calidad presentaban menos obesidad abdominal al final del seguimiento, un 1,5% menos de perímetro de cintura, menos triglicéridos, un 4% menos, y más colesterol bueno, un 3% más. Un desayuno de calidad es aquel que lleva la cantidad adecuada de proteínas y de grasas de alto valor biológico, así como fibra y otros minerales y elementos, como el potasio y el hierro, pero sin un exceso de azúcares añadidos y de grasas saturadas.