Linea de envasado de aceite

Olimerca.- El mercado del aceite de oliva durante la primera semana del mes de junio apenas si ha registrado variación en el comportamiento de los precios en origen. El conjunto del sector sigue estancado cada uno en sus posiciones: la oferta en su negativa a vender y la demanda en su negativa a comprar.
Cada uno aguanta el palo de su vela lo mejor que puede, y mientras tanto el tiempo corre y sin duda que no juega a favor de nadie si al final todos salen en tropel a vender, cuando les corra prisa las liquidaciones.

Esta situación de inoperatividad lo único que está provocando es que tengamos que hablar de un mercado prácticamente ficticio y artificial, dominado principalmente por las retiradas de partidas adquiridas en semanas anteriores.

Para los envasadores los productores deberían de flexionar ahora sus posiciones de negociación en la venta de aceite de oliva argumentando que a finales de septiembre habrá de enlace entre campañas entre 500.000/600.000 toneladas de aceite de oliva y sobre todo porque los precios de los aceites vegetales como el girasol, la soja o la colza ya han experimentado rebajas de sus cotizaciones en origen entre los 500 dólares  y los 1.000 dólares la toneladas, con lo que el aceite de oliva será menos atractivo.

Mientras tanto, en el lado de la producción hay una gran confianza en que a los niveles de precios actuales el mercado ha demostrado que funciona y que es asumido por los grandes operadores. Se considera que con las cotizaciones actuales es posible mantener las exportaciones y conseguir que toda la cadena de valor del aceite de oliva consiga la necesaria rentabilidad.

Sin duda que ambas partes defienden sus posiciones con argumentos sólidos, pero a estas alturas de la campaña lo deseable sería encontrar un equilibrio en el precio, desde la producción al consumidor.