Olimerca.- El PVP del aceite de oliva se ha convertido en el 2015, con más motivo que nunca, en un “oro líquido” si tenemos en cuenta que a finales de ese año su precio aumentó un 28% en comparación con el año anterior. De este modo, cuando un consumidor compra este producto ha tenido que pagar en 2015 una media de 3,45 euros, mientras que en 2014 tenía que desembolsar 2,69 euros. De hecho, la marca de fabricante tiene un precio medio de 4,30 euros/litro en el último mes.

Según datos de Nielsen, no es de extrañar que las compras de aceite de oliva cayeran un 7,3% el año pasado. Y es que el consumidor, para evitar que se “dispare” el ticket de la compra, prefiere decantarse por una alternativa más económica como es el aceite de girasol, que incrementó sus ventas un 4,9%. También ayudó que el precio de éste se mantuviera estable situándose en 1,17 euros el litro, tres céntimos más barato que hace un año.

Este trasvase de producto en la cesta de la compra hacia opciones más económicas también se observó con las marcas. Así, las compras de aceite de marca de distribución (MD) cerraron el año en plano, mientras que las marcas de fabricante (MF) registraron un descenso del 9%. En definitiva, el mercado de aceite lleva instalado año y medio en una corriente alcista de precios y es difícil prever cuando tocará techo. Todo hace pensar que cuando se corrijan los desequilibrios en la producción, y no solo en España (también en Italia), podremos empezar a ver una corrección de precios y un menor impacto en la cesta de la compra total. Algo que en 2015 fue clave y, además, no está siendo un inicio de año alentador en este sentido para el consumidor.