Olimerca.- A pesar de que el consumo de aceite de oliva está plenamente consolidado en la dieta mediterránea y en las culturas y en las cocinas de los principales países productores en los últimos tiempos algunas cosas están cambiando en signo negativo. Buena prueba de ello es que tanto en España como en Italia las estadísticas están poniendo sobre la mesa una reducción del consumo que comienza a preocupar a las autoridades y al conjunto del propio sector.

Tan solo hay que revisar los datos estadísticos elaborados por el Consejo Oleícola Internacional para darse cuenta de que Italia, uno de los mayores productores y consumidores a nivel mundial, ha pasado de consumir hace 10 años una media de 12 kilos de aceite de oliva per cápita a los 7,1 kg en la actualidad.

Con este volumen, Italia se sitúa por debajo de España y Grecia donde el consumo anual per cápita se sitúa en los 11,4 y los 10,3 kg de aceite de oliva

Las razones de esta evolución pueden ser muy distintas, pero sin duda lo que domina este comportamiento es que el estilo de vida de los consumidores, fundamentalmente de los jóvenes, ha cambiado. Ahora se come más comida procesada, se come más fuera de casa y cada vez se utilizan nuevos sistemas de frituras donde apenas se necesita aceite.

Según recoge la publicación Teatro Naturale, la situación parece especialmente preocupante ya que Italia, que quisiera incluir su cocina en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, podría ser superada en términos de consumo per cápita de aceite de oliva al año, incluso por Siria, donde el consumo es de 6,8 kilos al año cápita por año.